2017-01-17

¿Saltarás?


En un pueblo alejado de las grandes urbes, que se encuentra cercano a hermosos y grandiosos paisajes que dejan a todo visitante absorto por lo cual se lo recomienda a todos sus conocidos para que así pueda conocer aquel pueblo mágico que conoció en su viaje sin esperarlo, lo cual hace que sea una gran y maravillosa sorpresa.

Pero este pueblo a parte de  los paisajes majestuosos que lo rodean tiene historia, una historia que se necesita compartir: a unos 15 Km del pueblo hay una acantilado de unos 120 metros de altura, desde el mismo se puede observar los alrededores, aunque ese no es el uso que se le da sino que lo utilizan para saltar, se los conoce como el acantilado de la desesperación.

En ese acantilado año tras año saltan hombres, mujeres de todas las edades casi todos los meses del año, las semanas y hay incluso temporadas en que no pase un solo día en que algún sujeto caiga en la desesperación, pero al igual que en otros lugares del mundo han colocado carteles que tratan de apelar a la razón para que no hagan ninguna locura. Aunque como sucede muchas veces, los razonamientos comunes o humanos no pueden dar en el blanco.

La resistencia que presentan se debe a que en la mayoría de las oportunidades son los mismos razonamientos humanos que los llevan a decidir saltar el acantilado de la desesperación:

"Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la luz de mis ojos me falta ya. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis cercanos se han alejado.
Los que buscan mi vida arman lazos, y los que procuran mi mal hablan iniquidades, y meditan fraudes todo el día"   Salmos 38: 10-12

Seguramente estos pensamientos han surcado la mente de todos aquellos que han saltado y lamentablemente pueden ser verdad porque los familiares no saben como defender o ayudar al que esta caminando hacia ese lugar y otros ( aquellos que no se preocupan por el saltador) solo preguntan: ¿Saltarás? o dicen: Salta deja de sufrir, deja de luchar, estas acabado.

Los saltadores se acercan al acantilado sobren por uno de sus lados hasta llegar a la cima, aunque pueden apreciar el hermoso entorno están tan sumergidos en sus problemas y maquinaciones que solo miran hacia abajo, algunos se detienen por unos segundos esperando que alguien los invite a retroceder, solo que muchas veces reciben el último estimulo que los lleva a saltar.

Los que recapacitan han podido entender un mensaje, uno distinto porque no esta basado en sabiduría humana sino que viene desde lo alto:

"En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación" Salmos 62:2

Cuando comprenden que DIOS puede ayudarlos a salir de sus situaciones, sea la gravedad que estas tengan, van a decir unas palabras muy similares al salmista:

"No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación." Salmos 38: 21-22

Después de proferir esta idea (porque cada uno lo dice con sus palabras) milagrosa, levantan la mirada y observan su entorno, despertando su interés por la vida y continuar, todo recupera su color, su gracia es decir que se hacen conscientes de las bendiciones de Dios y de su amor para cada uno.

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